El Síndrome de Melkersson-Rosenthal, es una enfermedad poco frecuente que se caracteriza por la asociación clínica de inflamaciones orofaciales recurrentes (tal vez consecuencia de un drenaje linfático inadecuado), parálisis facial recidivante y lengua fisurada. La triada clásica no es frecuente en su forma completa.
Suele aparecer en la infancia o en la adolescencia temprana, la incidencia es de unos 8 afectados cada 10.000.
Fue descrito por primera vez por Hubschmann en 1849 y por Rossolino en 1901. Sin embargo, no fue hasta 1928 cuando Melkersson describió una parálisis facial recurrente asociada a edema labial. Posteriormente Rosenthal en 1931, sugirió el papel de los factores genéticos y agregó la lengua escrotal. En el año 1949 Luscher reunió todos estos signos y dió al síndrome el nombre de Melkersson Rosenthal, con el que hoy se le conoce.
Causas
Aunque no se conoce la causa del síndrome de Melkersson Rosenthal se barajan numerosas teorías, entre ellas un posible origen infeccioso, atopía, hipersensibilidad
a aditivos alimentarios.
Otros autores implican mecanismos inmunológicos desencadenados por alergia o intolerancia a algunos alimentos.
Por último y sólo en muy pocos pacientes se han descrito alteraciones en el brazo corto del cromosoma 9, por lo que también pudieran existir factores hereditarios implicados en los mecanismos desencadenantes de este síndrome.
Síntomas
El síndrome se manifiesta entre los 10 - 30 años de edad y en general las mujeres resultan más afectadas. Aparece en todas las áreas geográficas.
Evoluciona inicialmente por brotes, y pasados meses o incluso años, los síntomas se estabilizan y se hacen permanentes.
Clínicamente suele iniciarse, de forma aguda con cualquiera de los tres síntomas típicos, aislados o en diferentes combinaciones.
Diagnóstico
El síndrome completo, definido como la tríada clásica ocurre en menos del 20% de los casos. Generalmente los pacientes se presentan con formas oligosintomática o mono-sintomática que dificultan el diagnóstico. La forma mono-sintomática más frecuente consiste en la aparición exclusiva de edema labial recurrente (descrita por Miescher en el año 1945, que la denominó queilitis granulomatosa).
El diagnóstico fundamentalmente es clínico y se confirma mediante la biopsia de piel, que en un tercio de los casos muestra una reacción inflamatoria inespecífica sin granulomas. En los dos tercios restantes aparece una inflamación granulomatosa con granulomas típicamente de tipo tuberculoide, en los que las células epitelioides están rodeadas por linfocitos y monocitos (tipos de glóbulos blancos) con edema difuso del tejido intersticial (tejido de sostén y vasos que rodean un órgano). Aunque los granulomas también pueden ser de tipo linfonodular plasmocítico, en los que los nódulos linfocíticos centrales están rodeados por células plasmáticas e histiocitos (tipos de glóbulos blancos) en un tejido intersticial edematoso.
El diagnóstico diferencial debe hacerse entre otros con malformaciones labiales, linfangiomas, hemangiomas, neurofibromas, queilitis, erisipela recurrente, angioedema, síndrome de Ascher, enfermedad de Crohn y sarcoidosis.
Tratamiento
En el tratamiento del síndrome de Melkersson Rosenthal se han ensayado múltiples terapias, con resultados variables, obteniéndose por lo general mejorías transitorias.
Se han usado como tratamiento sintomático del edema facial y las manifestaciones intraorales, antibióticos, radioterapia y varios fármacos.
Cuando el edema es muy manifiesto y cuando los corticoides solamente consiguen una leve mejoría, se ha propuesto la cirugía plástica labial únicamente con fines estéticos. En algunos casos, se puede asociar cirugía para la descompresión del nervio a nivel del orificio estilo mastoideo para tratar las parálisis faciales más severas.
Es importante la valoración de estos pacientes por un equipo multidisciplinar que además de dermatólogos, incluya estomatólogos, neurólogos, otorrinolaringólogos y cirujanos plásticos, ya que esta enfermedad afecta a numerosos órganos y no sólo a la piel.
Pronostico
Este síndrome no tiene repercusión en el estado general y es de pronóstico favorable. Puede reaparecer de forma intermitente después de su primera aparición. Puede convertirse en un trastorno crónico.
Esta enfermedad es como una invitada que llega a tu casa
sin ser invitada, te incomoda, pero no se va a ir, dale su hueco y trata de aprender
a dejarle su justo espacio, no dejes que te impida disfrutar de la vida.
Cuento un poco mi caso sobre como descubrí el Síndrome de Melkersson-Rosenthal, como me afecta y como lo combato en mi día a día por si le puede servir a alguien de ayuda.
Mi vida cambió en diciembre de 2014, me fui a la cama como un día cualquiera, y al despertar por la mañana sentí que algo no iba bien, notaba la sensación de un herpes en mi cara, ya había tenído antes infinidad de ellos y aunque en esta ocasión no tenía vesículas era exactamente la misma sensación, tenía media cara y el labio superior bastante inflamado.
Decido acudir al ambulatorio de urgencias, yo iba super agobiado por que sentía que además del herpes había algo más. Me atiende un doctor al que le explico mi sensación de herpes y cuál es mi sorpresa cuando me dice que no, que lo que yo tengo no es un herpes, el buen hombre pensaba que sería un pelo de la nariz que yo me habría quitado y se me habría infectado, mi indignación era mayúscula, me fui a casa a descansar a ver si se me pasaba el agobio.
Para no aburrir demasiado, después de verme médico de cabecera, dentista, otorrino, maxilofacial, neurólogo...pasé por varios diagnósticos erróneos, el ya mencionado pelo de nariz infectado, glándula parótida obstruida, glándula del lagrimal obstruida, quiste en la mejilla infectado, angioedema... llegué por una carambola a un doctor en Granada que me diagnosticó a primera vista, jamás olvidaré la imagen de entrar en su despacho y oírle decir "usted tiene el síndrome de Melkersson-Rosenthal", se me vino el mundo encima, ¿Qué era eso?, mentiría si digo que no tuve miedo.
Empiezo mi primer tratamiento, tres sesiones de corticoides inyectados en la zona afectada, mejoré sin resolver el caso por completo. En siguientes episodios o brotes debía medicarme con corticoide sistémico y así estuve durante bastante tiempo, el problema es que cuando sufría algún brote, empezaba el tratamiento de corticoide que al final con la pauta descendente se hace largo en el tiempo, estaba unos diez o quince días sin medicación y volvía un nuevo brote. Nunca he vuelto a estar bien del todo, el tratamiento me bajaba la inflamación, pero nunca me la quitó del todo, en mi caso, el brote siempre iba asociado a la aparición de un herpes labial-nasal.
Después de dar un millón de bandazos por varias especialidades, llego a la unidad de Colagenosis perteneciente a medicina interna, al explicar mi situación
y al ritmo que tomaba los corticoides, en mi caso deflazacort,
el doctor me "prohíbe" volver a tomarlos y me propone un nuevo tratamiento, hasta ahora desconocido para mi,
metotrexato, un pinchazo semanal en la barriga
y corticoides en ciclos cortos en caso de brote. Con este tratamiento me fue bien, solo tuve un par de brotes al año y de menor intensidad.
Consulté si el tratamiento afectaba a la gestación y me dijeron que sí, así que me cambiaron el metotrexato por
inmurel, la ventaja es que eran comprimidos orales, mucho más cómodo que
el metotrexato subcutáneo, pero me hacía menos efecto.
En mi con stante inquietud con encontrar algo que sea capaz de eliminar la inflamación residual que tengo siempre presente, encontré un
artículo que hablaba de un medicamento humira con el cual habían conseguido la eliminación total de los síntomas, no me lo podía creer, imprimí todo y se lo llevé a mi nuevo médico pero no le dio mucha importancia,
o le dio mucha menos que yo, dejó los papeles en su mesa y me contestó con un frío "lo estudiaré". Con el inmurel, tuve una vez más un herpes que desencadenó el peor de mis brotes,
acudí al servicio de urgencias de mi hospital donde por cierto me atendieron fatal y terminaron diciéndome que no podían hacer nada por mí, que fuera el lunes a mi médico sin cita.
Gracias a este brote, mi médico vio la peor versión de mí y me solicitó a la comisión de farmacia el tratamiento que yo le propuse, no me lo aceptaron pero me aceptaron uno similar,
infliximab, aunque no me ha quitado los síntomas totales sí que me lo ha mejorado y estabilizado y reducido muy considerablemente el número de brotes,
supongo que también influye que tomo un comprimido de Aciclovir 800 mg
diario.
Una vez diagnosticado pues relaciono con la enfermedad una parálisis facial que me dio tres años antes de este brote.
Os dejo unos videos que a mí personalmente me gustan bastante, nos hace ver que aunque si es cierto que somos pocos, hay más gente en nuestra situación.
En la web de la federación gallega de enfermedades raras ponen también este.
Aquí podrás ver algunos testimonios de afectados por el Síndrome de Melkersson-Rosenthal, cada una especial, cada una diferente, pero en ellas podrás encontrar tal vez puntos en común.
Juanmi
Me diagnosticaron la enfermedad a los 30 años de edad, para mí fue un cambio radical de vida, ese día no me lo creía, después de 5 días con diagnósticos erróneos diciendo que era un dolor de muelas, mi dentista me dijo que volviera al hospital. Una vez en el hospital se dieron cuenta que tenía una parálisis facial recuente y a las 2 semanas un otorrino me dijo a ojo de buen cubero que tenía el síndrome de Melkersson Rosenthal por la lengua fisurada y escrotal, ptosis palpebral, linfedema facial y labial, parálisis facial recuente
Además de los ya mencionados, tengo otras patológicas relacionadas como son Alergia al tiomersal, intolerancia a la lactosa y a varios alimentos, diplopía (visión doble), estreñimiento crónico, dispepsia gástrica funcional, trastorno de ansiedad ansioso-depresiva.
Ante el desconocimiento de los médicos y mi desesperación me vi obligado a buscar información por internet y vi el teléfono de FEDER, llamé y me explicaron lo que podía hacer, me pusieron en contacto con dos personas de mí mismo síndrome. Cuando me puse en contacto con ellos, me ayudaron a entender el síndrome y ya me di cuenta de que no tenía investigación, no tiene tratamiento en si para paliar los síntomas, lo primero que nos mandan es cortisona.
Gracias a mi labor de investigación en internet, vi un día un artículo del hospital clínico San Carlos de Madrid, me las apañé para que me derivaran allí, desde entonces me trata allí el Dr. Porta que viendo que los tratamientos que tenía no me hacían efecto alguno me propuso Humira (adalilumab) ya que en otro paciente había funcionado y la verdad es que estoy contento, solo tengo un brote al año o dos.
Este año me han reconocido la incapacidad permanente absoluta, antes era autónomo, pero estaba constantemente de baja por los problemas del síndrome.
Voy a clases de canto, porque me encanta la música y la veo como una terapia ya que me hace ejercitar los músculos de la boca por la parálisis facial y por eso compuse una canción llamada VIDA LUCHADORA donde saqué un disco donde la mitad va a la asociación AERBECO y la otra mitad a un centro de investigación
Aquí dejo también un vídeo de nuestro amigo Juanmi con su doctor en Madrid.
Jesús
Con 26 años me diagnosticaron enfermedad de Crohn. Tenía malestar abdominal muchas diarreas. Empezaron a hacer pruebas y tratamientos que no daban resultado. Después de mucho cambiar tratamientos salieron nuevos problemas, grietas en las manos con sangrado dolores de articulaciones y unos bultitos en la lengua.
10 años después tuve una perforación de la unión entre el intestino grueso y el íleon terminal. Después de tres meses ingresado con fiebre muy altas y sin mejora. Me hicieron una coleoptomia y me quitaron el Colon ascendente y un metro de íleon terminal.
Con 32 años, los bultos de la lengua empezaron a inflamarse cada vez más llegando a perder el gusto, tenía perdidas las papilas gustativas. Los bultos desaparecen posteriormente y se me inflama la barbilla, fue punto de partida para la aparición de un herpes zóster de la barbilla al labio inferior. El labio se inflamo de tal manera que mirando para abajo me lo veía. En junio fui a un dermatólogo que me hizo un montón de pruebas y mencionó por primera vez el síndrome de Melkersson-rosenthal.
Durante las pruebas la lengua se paralizó, el labio superior se inflamó y el de abajo se paralizó y se atrofió de tal manera que se me descolgó y no podía cerrar la boca. Me hicieron una biopsia para ver que producía esa inflamación y dio negativa, no se sabía que producía esa inflamación y después llegaba la parálisis.
Luego se me inflamaron las fosas nasales y perdí la fuerza en los orificios nasales y se me atrofiaron. Después el cielo de la boca o el paladar blando se me subió y se atrofio llegando a comunicar la boca con los agujeros internos de la nariz. Me costaba respirar.
Posteriormente evolucionó al párpado del ojo izquierdo y en pocos días se me pasaron a los dos ojos y ahí paro la inflamación dejándome toda la cara, boca y lengua sin movimiento una atrofia exagerada.
Me hicieron una electromiografía de la cara y el resultado fue pérdida total de la musculación facial y pérdida de movimiento. En los estímulos neurológicos no llegaban señales a los músculos por lo que no se movían.
Con 36 años me operaron para intentar la cara y me hicieron una suspensión con fascia lata del muslo derecho, pero sin recuperar movilidad. Me hicieron una especie de cincha como el bocado de un caballo y lo cogieron al único musculo vivo de la cara que era el musculo de ojo. Después de todo esto y tras innumerables pruebas me diagnostican parálisis facial bilateral del 9 par craneal irreversible producido por síndrome de melkersson-rosenthal.
Me ha operado los párpados para poder cerrarlos y en el izquierdo llevo una placa de oro para conseguir que me baje el párpado. Siguen las complicaciones y ahora no suben los párpados de abajo y me tienen que operar para poder cerrar los ojos. Me hacen unos cortes para que el párpado de abajo sea más corto y pueda subir. Después de once operaciones ya me han dicho que no me pueden hacer nada más porque ya no ha piel y la parálisis sigue en aumento.
Tengo lengua geográfica atrofiada y en la parte derecha una bola que se me irrita y produce dolor.
En la actualidad solo recibo tratamiento para el Crohn, me están poniendo infliximab - REMICADE y me va bastante bien. No he tenido más inflamaciones en la cara, pero en la lengua sí, se me inflama, se irrita y sangra es muy doloroso.
Jesus
Empiezo con un brote en 2015 a los 38 años, inflamación orofacial, pensé que era algo dental, en unas dos semanas aproximadamente la inflamación desapareció, no tomé nada de medicación, tal como vino se fue.
En 2016 vuelve a darme un brote con la misma inflamación, pero esta vez viene para quedarse, viendo que los médicos que me veían no acertaban con el diagnóstico fui yo mismo el que buscando por internet descubrí la posibilidad de que fuera el síndrome de Melkersson-Rosentahal, me daban brotes cada dos meses me ponen como tratamiento antibiótico (proderma) dos meses, y también deflazacort y rupafin.
Ya en 2017, cuando informé a un médico de mi sospecha del SMR, en dermatología me hacen una biopsia y se confirma mi sospecha. Una vez diagnosticado se me hicieron pruebas para descartar la enfermedad de Crohn y sarcoidosis. Hoy por hoy lo tengo a un 15 o 20 % de inflamación de cómo lo tenía en 2016, los brotes casi no llegan y si llegan no son tan fuertes. Actualmente no tengo tratamiento alguno, ni siquiera tengo revisiones periódicas.
En mi caso el síndrome solo se ha manifestado mediante los edemas faciales comentados, no he tenido ninguna parálisis y la lengua está muy poco fisurada. He notado un cambio muy grande a mejor cuando suprimí el café de mi dieta, cuando empecé con los brotes me tomaba 3-4 cafés en la mañana, desde que los suprimí note mejoría en los brotes y en el día a día.
Hoy por hoy soy feliz, apenas se nota nada.
Silvia
Mi nombre es Silvia, tengo 43 años, y soy un POSIBLE caso de Síndrome de Melkersson Rosenthal.
En 1997, cuando tenía 20 años, empecé con migrañas, y el ojo derecho se me cerraba cuando estaba cansada o más débil de lo normal, pero solo el parpado. Estas migrañas fueron desapareciendo cuando tuve a mis hijos (2004-2006), dejando la secuela del ojo.
Con 32 años (2009), pase como una semana con mucha sensibilidad en la parte derecha de la cara y la nariz, y lo tenía como acorchado. Como anteriormente había tenido migrañas acompañadas, me hicieron una resonancia, que salió bien. Poco a poco fui recuperando todo menos lo del ojo, aunque no se notaba mucho.
En mayo de 2013, con 36 años, después de unos 4 días con mareos y náuseas, me dio la primera parálisis facial periférica, tenía mucha presión en toda la parte derecha de la cara, tengo una sensación muy extraña, como si lo llevase mucho más hinchado de lo que lo llevaba, y notaba mucha presión en toda la parte derecha de la cara, pero sobre todo en el ojo, que al contrario que en una simple parálisis facial, se cerraba teniendo incluso que ayudarlo para abrirlo.
Me mandaron tratamiento para 21 días de cortisona de 60 grm para ir bajando dosis cada 6 días, hasta dejarla, y me derivan al otorrino para seguimiento.
Durante la recuperación, pase unos días con pérdidas de visión en el ojo derecho, que se fue recuperando sola. Y en un par de semanas, se fue recuperando la parálisis.
Dos meses más tarde, me dio la segunda parálisis, pero esta vez, ya es diferente. Me afecto a la garganta que se me inflamo al igual que la cara y a todo el lado derecho del cuerpo, desde el pie, hasta la cabeza y empiezan los dolores en toda la parte derecha. No podía mantenerme mucho tiempo de pie ni hacer mucho esfuerzo, porque me daban mareos. Tenía todo el lado muy agotado. Me vuelven a dar cortisona, esta vez de 30 gm, para ir bajando durante 35 días gradualmente hasta dejar de tomarla.
Empiezo a tener contradicciones médicas. El otorrino piensa que es alguna enfermedad neuromuscular, mientras que el neurólogo piensa que es psicológico.
Después de varias pruebas solo ven que un 40% de los axones están rotos., y el masetero está dañado. Para el resto del lado no encuentran explicación, a pesar de que me hacen una prueba de esfuerzo y no la terminan porque la musculatura se va debilitando con el ejercicio y la de la cara cae por completo y se inflama cuando fuerzo. Por esto mismo, suspenden también la rehabilitación del facial.
Me ven también en la Fe de Valencia y posteriormente en el Vall D’bron de Barcelona, pero en ninguno de ellos encuentran nada relevante
En el 2016, me empiezan a ver en la unidad de enfermedades raras del Hospital General de Elche, donde me empiezan estudio completo con resonancias, EMG, analíticas, etc. Pero no encuentran ninguna novedad. Aquí ya tengo un angioma en área cerebelosa que no descartan que pueda dar problemas, uno de los ganglios de la parte baja de la cara se ha quedado enquistado y se va inflamando y desinflamando en función de como este.
Haciéndome preguntas, nos damos cuenta de que, tanto a mi madre, como a una de mis hermanas, como a mi hija cuando tenía solo 7 añitos, han tenido parálisis faciales, y aunque ellas han recuperado por completo, no creen que sea una simple casualidad.
Es en esta unidad donde me dicen que es un posible caso de SMR
En el 2019, empieza a grietarse la lengua, y se me hincha tanto, que a veces me cuesta hasta hablar, y en una ocasión, la inflamación llegaba a la garganta impidiendo hasta comer. Se inflaman mucho las encías y a menudo se llena la boca de llagas. He perdido mucho olfato y siempre tengo mal sabor de boca, que se agudiza con los brotes. Como si tuviese hierro en la boca.
A día de hoy, me siguen tratando ellos, tratan los brotes con cortisona y van subiendo dosis de analgésicos y antiinflamatorios según voy necesitando. La medicación que tomo actualmente es:
Diliban 75mg/650mg, Lyrica 25mg, Arcoxia 30mg, Omepazol, Hidroxyl, Nolotil (cuando lo necesito por el dolor), Aciclovir 800mg, Orfidal (porque no dormía por las noches, y si no descanso, empeora el nervio facial), Ideos 500mg. (porque en las últimas analíticas, la vitamina D estaba baja). Y a toda esta medicación, sumo masajes que voy a darme cada 3 semanas por mi cuenta, porque la musculatura del lado derecho se va contracturando y agudiza el dolor.
En diciembre del 2017 me dieron una incapacidad total, porque con el esfuerzo del día a día, me daban los brotes cada vez más a menudo. Desde que estoy sin trabajar, me dan entre dos y tres brotes por año, y llevo más controlados todos los síntomas, aunque no puedo hacer esfuerzos ni nada de ejercicio porque la musculatura enseguida cae y se inflama, además con el cansancio, me dan décimas de fiebre que no pasan de 37’5 pero me dejan hecha polvo. Normalmente desaparecen con reposo.
Actualmente, fuera los brotes, tengo que seguir llevando mucho cuidado a la hora de moverme.
Probé con yoga, porque me dijeron que sería bueno. A las tres semanas termine en brote.
Probé con la pisciana, tuvimos que ir bajando intensidad a los ejercicios hasta dejarla finalmente.
Salgo a andar el día que puedo y si no controlo y fuerzo, aunque en el momento lo hago, termino en brote.
Por ello tengo que llevar una vida muy tranquila y ajustada a mis limitaciones.
Lo que peor llevo, no son los síntomas, simplemente les he hecho un hueco en mi vida, lo peor para mí, es la incomprensión de los médicos y de la gente.
El síndrome de Melkersson-Rosenthal es una enfermedad rara, neuro mucocutánea compleja con una presentación, gravedad y evolución variables e imprevisibles.
Es una enfermedad con una sintomatología que hace que cueste mucho encontrar un diagnóstico diferencial de entrada y directamente, se suele tardar bastante en identificar ya que los profesionales sanitarios no están acostumbrados a ella y se puede alargar incluso en años el diagnóstico. La incidencia estimada de esta enfermedad es de 8 casos por cada 10.000 habitantes.
Se manifiesta por medio de tres claros síntomas:
FEDER las describe de la siguiente forma: Una enfermedad es considerada rara cuando afecta a un número limitado de la población total, definido en Europa como menos de 1 por cada 2.000 ciudadanos (EC Regulation on Orphan Medicinal Products). Los pacientes y las asociaciones que los apoyan ponen de manifiesto que es crucial darse cuenta de que “le puede ocurrir a cualquiera, en cualquier etapa de la vida. Es más, no es extraño padecer una enfermedad rara.”
Entre el 6 y el 8% de la población mundial, más o menos, estaría afectada por estas enfermedades, o sea más de 3 millones de españoles, 30 millones de europeos, 25 millones de norteamericanos y 42 millones en Iberoamérica.
Las enfermedades raras están caracterizadas por el gran número y amplia diversidad de desórdenes y síntomas que varían no sólo de enfermedad a enfermedad, sino también dentro de la misma enfermedad.
La misma condición puede tener manifestaciones clínicas muy diferentes de una persona afectada a otra. Para muchos desórdenes, hay una gran diversidad de subtipos de la misma enfermedad.
Es un trastorno en el que el cuerpo, sin razón aparente, empieza a atacar al propio organismo de distintas formas y con diferentes consecuencias. Todos tenemos un sistema inmunitario cuyo objetivo es mantenernos saludables defendiendo a nuestro organismo de todo lo que quiera atacarlo.
Pero a veces dichas defensas fallan y en lugar de atacar a agentes externos por error atacan a células de nuestro propio organismo, provocando entonces trastornos muy variados como son la celiaquía, artritis reumatoide, lupus, la enfermedad de crohn o el síndrome de melkersson-rosenthal entre otras.
No se conocen las causas que provocan estas alteraciones, una posibilidad es que algunos virus o bacterias, incluso algunos medicamentos pueden causarnos una serie de alteraciones que confunden a nuestro sistema inmunitario.
Sí que se sabe que hay personas que tienen genes que predisponen a sufrir algún trastorno de este tipo y que, por este motivo, estas enfermedades tienden a ser hereditarias. Pueden presentarse en cualquier momento, pero son más habituales a mediana edad y entre las mujeres.
Aunque siempre son las defensas las que fallan, no hay un patrón común entre cada una de las enfermedades que esto provoca porque depende de los órganos afectados. Lo que sí comparten algunas de estas enfermedades son los síntomas, pero son tan ambiguos como la fatiga. Por eso muchas veces no es fácil diagnosticarlas y se requieren diversas pruebas. Hay más de 80 trastornos autoinmunes distintos, pero te detallamos son los más habituales.
La causa es desconocida. Se han postulado diversas teorías: infecciosas, alérgicas y factores hereditarios.
Meisel-Stosick y cols. realizan un estudio en 73 casos con el síndrome de Melkersson-Rosenthal y los familiares correspondientes, concluyendo que la etiología es multifactorial y se presenta en pacientes que tienen una predisposición genética y se transmite en forma poligénica. Hornstein y cols. consideran que influencias ambientales y una susceptibilidad para disturbios neurovegetativos, neuroendocrinos y vasomotores pueden desencadenar una reactividad alérgica local a diferentes estímulos (alérgicos, infecciosos, etc.); tampoco descartan al estrés como probable desencadenante.
Como ya sabrás el síndrome tiene un origen desconocido, y nunca he encontrado en ningún sitio alguna fuente que informe que sea o que no sea hereditario, lo único que he leído al respecto es que en muy pocos pacientes se han descrito alteraciones en el brazo corto del cromosoma 9, por lo que también pudieran existir factores hereditarios implicados en los mecanismos desencadenantes de este síndrome. Así que lamentablemente, no sabemos si es o no hereditario.
Existen varios tratamientos que mejoran los síntomas, pero con resultados variables en función de cada paciente, pero hasta donde sé, no hay ningún tratamiento que los elimine. Como puedes leer en los testimonios de afectados, no todos tenemos el mismo tratamiento, inmunosupresores, corticoides intralesionales de liberación lenta...hay varias armas con las que luchar para tratar de mantener al síndrome lo más a raya posible, para minimizar los brotes y sus efectos, pero lamentablemente no se conoce nada que los evite por el momento.
Esta pregunta tampoco tiene una respuesta concreta, a mí personalmente me han visto el médico de atención primaria, en dermatología, neurología, maxilofacial, medicina interna y por último en una sección específica que tiene mi hospital de enfermedades minoritarias. Pero hay pacientes que son atendidos en dermatología, o neurología...al final la clave es encontrar un médico que se preocupe de ayudarte y que, aunque por ser la enfermedad que es no sepa mucho del tema, esté dispuesto a todo lo que esté en su mano. Mi consejo, no te canses, si no encuentras por el momento algún médico que te esté ayudando como mereces sigue buscando.
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